Pensar
en usabilidad: la peor manera de pensar.
Juan José
Escribano Otero
Usabilidad – accesibilidad.
Hace tiempo que tenía ganas de escribir este artículo, pero por una razón o por otra lo iba descartando. Pero cuando Joaquín Gracia me comunicó que me había dado de alta en el sistema como colaborador, ya no tuve excusas...
Usabilidad, maldito vocablo. Es el primer motivo de rechazo que se me ocurre y era una de las razones que argüía para no escribir sobre el tema. Tenía que buscar un término, en genuino español, que sustituya el barbarismo. Pregunté a todas las listas de distribución que se me ocurrieron, a mis colegas de universidad y al diccionario de la Real Academia (donde no existe). “Facilidad de uso” es la traducción que me parece que más se ajusta al significado intuitivo de usabilidad, pero no lo suficiente como para poder sustituir un término por otro sin incurrir en una lamentable simplificación. Fácil de usar es condición necesaria, pero no suficiente.
Accesibilidad, otro palabro. Un documento web es accesible si cumple unas recomendaciones de (www.w3c.org) encaminadas a hacer que personas con discapacidades puedan consumir la información que encierra. En términos absolutos resulta una quimera, una utopía, con el atractivo de todas las causas perdidas de antemano, pero en términos relativos cada paso dado en esta dirección es una gran noticia – o debiera serlo – para todos.
Desde que escuche ambos términos por primera vez, pensé que tendría que haber una relación estrecha entre ellos. De hecho, parece lógico que para cumplir la filosofía emanada de la usabilidad un documento previamente debiera ser accesible. Sin embargo, casi nunca se encuentra en la documentación ambos términos juntos, salvo honrosas excepciones. Al parecer, hay un grupo de personas interesadas en la accesibilidad y otro en la usabilidad de los documentos y ambos grupos hacen la guerra por separado. Hay quien defiende esta dicotomía (y otras muchas) a favor de la especialización. Sin embargo, estos mismos defensores a ultranza de parcelar el conocimiento para ganar en profundidad ven de los más natural la multidisciplinariedad, las sinergias y el trabajo en equipo.
¿Se imaginan ustedes un grupo de trabajo con un experto en usabilidad, otro en accesibilidad, un tercero experto en artes gráficas, otro en contenidos, otro en comunicación, un informático y un financiero? Sobre el papel parece el equipo perfecto para realizar un proyecto web. Pero mucho me temo que dicho equipo no se pondría nunca de acuerdo en los requisitos y no llegaría a un punto de equilibrio que fuera productivo. Estoy seguro que un subconjunto de ese equipo tomaría el control del proyecto y condenaría al otro a ser convidados de piedra. Y es que cumplir a la vez los requisitos de todos esos expertos es imposible. O eso opino yo...
Los pilares de la usabilidad.
Pero volvamos a la usabilidad. No es fácil de definir y eso la hace incómoda para muchos de nosotros. Y la cosa se complica cuando intentamos medirla...
Cinco son los pilares en los que descansa la usabilidad de un documento web: navegación, tiempo de respuesta, contenido, interactividad y facilidad de comprensión. Cada uno de dichos pilares merece un artículo completo para el solito y, con el tiempo, espero poder ir escribiéndolos. Pero éste de ahora pretende flotar sobre el término en abstracto.
Cambios de direccion en usabilidad pueden hacer desistir a muchos desarrolladores.
Jacob Nielsen es, sin lugar a dudas, el gurú internacional sobre usabilidad. En un artículo suyo de hace cuatro años, explicaba el riesgo que suponía para la usabilidad el avance de las películas Flash. Sin embargo, antes del verano publicó otro artículo anunciando las bondades de esa misma tecnología... artículo que coincidió curiosamente con la firma entre Nielsen y Macromedia de un acuerdo de colaboración (o de no agresión, según se mire). Es curioso lo fácil que resulta cambiar el rumbo de un término tan abstracto y esquivo como el de la usabilidad.
¿Debemos poner en cuarentena o abandonar los intentos de avanzar en este campo? Es, sin lugar a dudas, una fuerte tentación. Pero no debemos olvidar que pensar en la usabilidad de los sitios web, no es una opción: es una necesidad inevitable.
Parafraseando a Churchill, “pensar en usabilidad es la peor forma de pensar en desarrollar sitios web. Exceptuando todas las demás”.