8 consejos para el ciber-éxito.
ROBERTO
NEUBERGER
FEBRERO 5,
2001
A lo largo de la corta historia de los fracasos en Internet hay conductas que se
han repetido y este hecho ha sido una de las variables más para saber porqué
fracasó tal o cual proyecto.
Recientemente,
la revista Punto-Com entrevistó a otro exitoso emprendedor que cayó en desgracia
llevando a la quiebra a su empresa. Hablamos de Kaleil Isaza, quien con su
portal GovWorks levantó la friolera de 60 millones de dólares. Claro que Isaza
ahora estaría muy calificado para reescribir la famosa película “Lo que el
viento se llevó” ya que él no fue.
Dentro de los errores que el propio Isaza reconoció luego de la hecatombe y los
que hemos observado tras interactuar con muchos nuevos millonarios, están los
siguientes:
1. Ceder el control a tiempo.
Uno puede ser sumamente creativo y contagiar su entusiasmo al resto de la gente.
Puede hasta ser un genio informático y reinventar la rueda, pero eso no quiere
decir que por generación espontánea sepa conducir una empresa. Hay que saber
cuando dejar que manos expertas tomen las riendas del negocio y le permitan a
uno complementar su visión estratégica y mas aún, volverla realidad.
Tenga en cuenta que la población latina prácticamente ya esta en su tercer
generación, y ésta cada vez tiene menos nociones de las marcas manejadas en sus
países, así como algunos hábitos de consumo tradicionales. Como cosa
irremediable, todos los abuelos (pertenecientes a la primera generación)
empezarán a desaparecer (todos vamos para allá), llevándose consigo toda la
conciencia de marca (la tradición permanece).
2. Aprender a delegar.
Confiar que el equipo se hará cargo de las cosas con la misma destreza y
sabiduría que uno mismo es tal vez el punto más difícil que un emprendedor debe
enfrentar. Saber delegar implica darle la libertad a las personas para que estas
utilicen su inteligencia y capacidad libremente.
3. No pretender caerle bien a todo el mundo
No somos un billete de 100 dólares que le cae bien a todo el mundo sin importar
religión, sexo o color. Nuestras decisiones no deben ser siempre simpáticas y no
podemos pretender que todos piensen “que buen sujeto que es fulano”.
Es muy común que un emprendedor joven se deje marear con la ilusión de la
popularidad y lo cierto es que llevar una empresa adelante implica el riesgo de
generarse enemigos. No tema a eso. Mantenga su pulso firme cuando tenga que
tomar medidas poco populares. Sepa que nada le servirá ser el CEO más simpático
y agradable del mundo cuando su empresa haya ido a la quiebra por darle
prioridad a su egocentrismo.
4. Aterrice a tiempo.
Los hechos han demostrado que no se pueden sostener empresas con cientos de
empleados, abultados presupuestos publicitarios, viajes, agencias de RRPP, y más
publicidad... sin tener ingresos, sin tener un management profesionalizado y sin
la planificación necesaria para saber qué es lo que se va a obtener al final del
camino. Ponga los pies sobre la tierra en cuestiones administrativas y
financieras. No subestime los sistemas contables y por lo que más quiera....
¡utilice el buen criterio!
5. Amigos son los amigos...
Pero no necesariamente nuestros amigos serán las personas capacitadas que
tenemos que tener a nuestro lado. Pero usted me dirá, ¿y cuánto vale la
confianza? A lo cual un experto le replicaría: "cara, muy cara si la empresa se
va a pique".
Insistirá.... ¿pero no es mejor tener un grupo de gente joven, soñadora, con
buena onda y que todos hablemos el mismo lenguaje? Deje eso para las fiestas,
pero cuando se trate de su empresa, busque gente de 20 años..... pero de
experiencia operativa. Tal vez no quiera pasar sus vacaciones con alguien tan
distinto a usted, pero ese alguien, le permitirá que usted pueda elegir con
quien o quienes sí pasar sus vacaciones.
6. No confíe demasiado
Nuevamente su ego le puede jugar una broma pesada y hacerle confiar en las
personas equivocadas. Contrate y rodéese de asesores de prestigio. No firme
papeles a ciegas y trate de entender las implicaciones de su decisión. Confíe...
en los sistemas. Pregunté. Recuerde que si usted no entiende algo, no es porque
sea un retardado (después de todo, usted está al mando de una empresa) es porque
la otra persona no quiere que usted lo entienda y .. por algo será.
7. El manejo de su tiempo
Cócteles, conferencias, prensa, alta exposición en todo, lo harán salirse de su
core business por lo que, a menos que tenga las espaldas bien cubiertas,
dedíqueles el mínimo necesario para bajar sus costos publicitarios. No se puede
estar en todo y además, hacerlo todo bien.
8. Sea justo
Así como le aconsejamos que se cuide, que no confíe demasiado, también tenemos
que decirle que sea justo. Si usted piensa que por tener dinero va a poder
presionar para que otros que no lo tienen hagan lo que usted quiere, va por mal
camino.
En los negocios actuales, la explotación no funciona. Si las relaciones no son
del tipo ganador-ganador, a la larga le van a costar mucho más de lo que pueda
haber ahorrado en el regateo inicial.
Conozco varios CEOs de la vieja escuela con la mentalidad de ganar a toda costa
que luego tuvieron que cambiar y cambiar proveedores y empleados y cada cambio
les costó lo que usted se imagina.
Como ve, llevar adelante un negocio en un entorno tan dinámico tiene sus
riesgos. No hay margen para cometer muchos errores ya que la velocidad de cambio
hace que sea muy difícil la vuelta atrás. No experimente por usted mismo. No
tendría tiempo en toda su vida para cometer los errores que otros han cometido.
Aprovéchelo en cosas más productivas.
*
ROBERTO NEUBERGERRcn@tiendasurbanas.com
* Artículo provisto por:
Tiendas urbanas