¿Clientes leales o clientes fieles?
El fin ultimo de toda empresa es producir
utilidades para sus dueños, esa es la verdad, y las utilidades deben provenir de
las ventas de productos o servicios y quienes compran son los clientes, o
consumidores o usuarios o como se les quiera llamar.
Desde hace varios años, cuando se empezaron a aplicar de manera sistemática y
organizada, las estrategias de servicio al cliente, con el propósito de
fidelizarlos para que compraran nuestros productos siempre; los estrategas y
ejecutivos de mercadeo de las empresas diseñaron y aplicaron estrategias de
servicio al cliente que, además de buscar la fidelización de los clientes, tenía
el propósito de crear diferencias sostenibles con la competencia que se pudieran
mantener en el tiempo.
La pregunta que nos hacemos es, sí la fidelidad se logró como se pretendía. Al
hacer un balance podemos concluir, sin temor a equivocarnos, que NO, de la
manera como se esperaba. La mejor calificación que podemos dar a tales clientes
es la de leales. Logramos lealtad, más no fidelidad. Pero la conquista vs lo
buscado no indica necesariamente que perdimos el examen, simplemente encontramos
que la realidad con el cliente es otra y que esta nueva realidad es también
interesante e importante y debemos perseguirla y mantenerla. El nuevo objetivo
es: conseguir clientes leales.
Ello se explica con la teoría del “balde agrietado”, la cual afirma que: los
clientes son como el agua en un balde agrietado o roto, le echamos el agua para
llenarlo, pero por las grietas también sale agua, en menor cantidad de la que
agregamos, pero siempre sale. El agua que entra simboliza los clientes a los
cuales vamos cautivando y los que salen por la grieta los que se van y compran
productos y servicios a nuestra competencia. Entonces, lo que tenemos que hacer
es conseguir clientes y a volverlos leales a nuestra organización.
Esa lealtad indica que nosotros seamos una opción valida en el momento de elegir
el sitio de compra, para un producto o servicio, que nos consideran como una
posibilidad, que estamos presentes en la mente de los clientes como una
alternativa a elegir en el momento de comprar. Debemos recordar que cuando le
damos algo a un cliente, éste lo toma como suyo y ya no se lo podemos quitar,
siempre esperará que se lo demos como algo natural, no lo pide, lo espera y si
no lo damos lo reclama.
Recordemos ahora los principios que rigen la cadena de servicio, nos serán
muy útiles:
- Los negocios se inventaron para ganar dinero (utilidades)
- El dinero lo traen los clientes, y más aún los que regresan.
- Sólo regresan los clientes que se fueron satisfechos (en la compra anterior)
- Regresaron, porque se fueron contentos y percibieron una buena calidad en el
servicio
- La calidad en el servicio es dada por el desempeño de los empleados en el
momento de la venta.
- El buen servicio al cliente es un problema de desempeño. El desempeño se
evalúa como bueno o malo cada que se presta y por el ultimo desempeño de los
empleados al atender a un cliente se miden el negocio o la empresa.
¿Cuándo un servicio es de calidad?
Un servicio es de calidad solo si iguala o sobrepasa las expectativas que el
cliente tiene con relación a dicho servicio. Quienes hacen evaluaciones sobre
calidad en el servicio, consideran cinco variables, cada una con un peso
especifico diferente, siendo la mas importante la confiabilidad esto es,
“siempre bien”
Las otras cuatro variables son: diligencia, garantía, empatía y recursos
tangibles. Veamos una breve explicación:
1. Confiabilidad: capacidad de prestar el servicio prometido con seguridad y
correctamente.
2. Diligencia, o capacidad de respuesta: voluntad de ayudar y de prestar el
servicio rápidamente.
3. Garantía: seguridad, conocimiento y atención mostrados por los empleados y
sus habilidades para inspirar credibilidad y confianza.
4. Empatía: atención individualizada que ofrecen las empresas a sus clientes.
5. Recursos tangibles es la apariencia de las instalaciones físicas, equipos,
personal y material de comunicaciones.
El servicio al cliente es, entonces, un conjunto de estrategias que una empresa
diseña y pone en práctica para satisfacer mejor que sus competidores, las
necesidades y expectativas de sus clientes Los bienes tangibles se producen
antes de venderse, los servicios se venden antes de producirse y se producen
frente al cliente. Los clientes tienen que experimentar los servicios para
conocerlos realmente. En el servicio al cliente el desempeño es el producto, es
lo que el cliente evalúa.
Las principales barreras que están en contra de un buen servicio son las
siguientes:
Las políticas de la compañía cuando no han sido diseñadas pensando en· el cliente, sino en la propia
conveniencia y en los entes de control.
- Ausencia de una estrategia clara de servicio, cuando no existe coordinación en
todo el proceso de servicio
- Las personas que tienen el poder de tomar decisiones están muy lejos de los
clientes.
- Alta prioridad en las rebajas de costos.
- Personal indiferente, sin motivación, sin autoridad ni empoderamiento.
- No se escucha la voz del consumidor.
- La gente de primera línea no tiene autoridad para solucionar los problemas.
Es bueno hacer énfasis en el punto de los costos. Muchas organizaciones piensan
que las estrategias de servicio son solamente un sobrecosto. Hay que mirarlo
como una inversión en el corto plazo, que inclusive puede parecer o ser alta,
con una recuperación de dicha inversión progresiva y lenta, con frutos en el
mediano y el largo plazo. Esto quiere decir que los resultados de una acción de
servicio se ven en el mediano y largo plazo. Hay que darle tiempo y tener un
poco de paciencia.
Fuente/Autor:
Ignacio Gomez Escobar