El timo del 906.
http://www.internautas.org/article.php?sid=114
SEXO SIN tarjeta de crédito! Reclamo engañoso que puede
perder a más de uno, seducido por la promesa libidinosa de
pornografía gratuita sin límites. Según algunos analistas,
el sexo es el motor de la Nueva Economía. El cibersexo
constituye el único negocio rentable en Internet, que no se
ve afectado por la crisis de las compañías puntocom y que no
tiene visos de desaparecer. Al contrario, ese sector ve cada
año incrementado su volumen de operaciones.
No en vano responde a un instinto nunca sojuzgado por los
hombres. Según la consultora Netvalue, el 40% de los
españoles asiduos a Internet visita habitualmente páginas de
sexo. Basta con acudir a las estadísticas de los buscadores
más populares para encontrar -la verdad que sin asombro- que
las palabras más buscadas en Internet aluden directa y muy
explícitamente al sexo.
l ANTE ESTE tirón imparable están proliferando toda clase de
timos telefónicos para esquilmar a internautas rijosos. El
gancho consiste en ofrecer contenidos pornográficos
ilimitados (fotos, vídeos, relatos, charlas, citas,
etcétera), sin inmiscuir a la tarjeta de crédito para pagar
por ellos o verificar la edad (AdultCheck). El internauta
medio, reacio a utilizar su tarjeta en la Red, se siente
inmediatamente engatusado por este señuelo. Aparentemente,
lo único que hay que hacer para poder disfrutar de esa
oferta sexual inagotable es instalar un programa especial,
que permitirá la visualización de los contenidos. Sólo por
probar, no se pierde nada, ¿no? El caso es que descarga el
programa y lo instala en su ordenador. Lo ejecuta y ¡bingo!
Miles de fotos y cientos de horas de vídeos X desfilando
ante sus ojos sicalípticos. Y lo mejor de todo es que no
tiene que pagar ni un duro.
l ¡POBRE INFELIZ! Lo que no acierta a sospechar aún es que,
tras instalar el programa, éste conecta el módem a un
teléfono 906, cuya tarifa nunca desciende de las 100 pesetas
el minuto. Evidentemente, el teléfono está a nombre del
propietario de la página, quien recibe un dividendo de cada
minuto que el incauto pase babeando delante de la pantalla.
Y lo que es peor: a menudo, el programa cambia la
configuración del módem permanentemente, de manera que
siempre que se conecte a Internet lo hará a través del 906.
¿Creía que estaba descargando esas canciones en MP3 durante
la noche o chateando toda la tarde con la tarifa plana? ¡Ja!
De tarifa plana, nada. A 120 pesetas el minuto. Y luego, a
fin de mes, un sablazo de 150.000 pesetas. ¿Sexo sin
tarjetas? Sí. ¿Gratis? No tanto.
Gonzalo Álvarez Marañón es doctor ingeniero de
Telecomunicaciones del CSIC y editor de la revista
www.iec.csic.es/criptonomicon/.