¿Spam español? ¡No gracias!

Es inevitable volver a hablar de la miopía de los legisladores cuando se trata de Internet. Porque si Dios no lo remedia, y mucho nos tememos que Dios debe andar ocupado en temas de mucha más envergadura, como las guerras que asolan medio planeta, dentro de poco, cuando la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, más conocida como LSSI, entre en vigor, los usuarios españoles seguirán asolados por el spam y las empresas españolas quedarán en clara desventaja respecto a sus competidores en otros países. Y todo ello por una absurda redacción del texto legal en la que el Partido Popular anda empecinado para, según dicen, "proteger a los usuarios".

Y yo me pregunto, ¿protegernos de qué? ¿De los mensajes sobre pornografía que nos llegan a diario desde servidores instalados en países que ni siquiera podríamos señalar en un mapa? ¿De las ofertas para que compremos un Bachelor, un Master o un Doctorado emitidos por inexistentes universidades norteamericanas? ¿De las invitaciones para que apostemos nuestros ahorros en casinos virtuales situados en paraísos fiscales? ¿De las ofertas de negocios piramidales procedentes de varios países latinoamericanos? Porque ese spam, que es el que verdaderamente abunda en España no va a cesar por mucha LSSI que los políticos quieran imponernos.

Pero ellos, ¿qué saben de Internet? Más o menos lo mismo que yo si tuviera que definir las medidas de seguridad de una central nuclear. Vamos, que terminaríamos todos achicharrados.

Pero no importa. Estemos tranquilos, que los "padres de la patria" velan por nosotros y por nuestra intimidad. Y ellos, tan contentos, porque se van a ganar el sueldo protegiendo nuestros buzones de correo electrónico.

¡Pobres ilusos! ¿Es que nadie se ha dado cuenta de que esta ley no solucionará el problema del spam? Con tanto sabio suelto como anda por el Congreso y el Senado, y nadie ha reparado en que Internet es un mercado global, que los e-mails nos llegan desde cualquier lugar del mundo, y que la prohibición de la LSSI no solo no impedirá que los españoles sigamos padeciendo el spam sino que colocará a las empresas españolas en una clara situación de desventaja, ya que se les impedirá hacer promoción y publicidad de sus productos y servicios en su propio mercado, mientras que los de fuera tendrán vía libre para hacerlo.

Claro que esto, con ser grave, no es lo peor. Lo trágico es que con medidas como estas, y otras que se nos vienen encima por la vía del control fiscal, se está promoviendo la deslocalización de empresas españolas. O dicho de una forma más clara, se está incentivando que las empresas españolas, en una primera etapa, alojen sus webs en servidores estadounidenses, más baratos, más eficaces y más liberales que los españoles, para en una fase posterior plantearse ubicar sus sedes sociales en paraísos fiscales. Y no estoy hablando de las Islas Caimán o de Jersey, sino de varios estados norteamericanos donde por una cantidad irrisoria se puede constituir una sociedad sin que tengas ningún problema operativo y, además, sin pagar impuestos.

La pregunta inevitable es: ¿qué piensan ofrecernos nuestros políticos a los empresarios de la red para que mantengamos nuestras empresas en España?


Fuente: Luis Camacho
CEO de ALBANOVA
FECHA: 8/04/02