Aviso a navegantes.com.

Se habla del efecto puntocom, la tempestad que está provocando que las compañías que operan en Internet tengan una cotización tan elevada en las Bolsas del mundo entero. Considero que es inexplicable que una empresa como Terra tenga un valor en Bolsa superior al de Endesa y que haya llegado a valer más que Repsol y BBV. En la actualidad, todo lo que suena a Internet produce, instantáneamente, una revalorización empresarial. Pero el hecho de que afecte a compañías con escasos volúmenes de ventas sugiere la existencia de cierto grado de irracionalidad. La burbuja creada por esta especulación, con el tiempo, puede llegar a explotar y coger desprevenidos, desgraciadamente, a más de uno.
 

Soy consciente de que Internet se ha convertido, y con razón, en un fenómeno que está redefiniendo nuestro futuro a velocidades siderales y, con esa misma velocidad, se están creando empresas o modelos empresariales entre un tumulto que, a veces, impide ver con algo de claridad. Estas empresas funcionarán a todas horas, con un incremento explosivo del volumen de negocio por el abaratamiento del coste de las operaciones pero, en muchos casos, sin una base estratégica, lo que puede hacerlas caer por su propio peso.
 

Desde este foro quiero avisar a los navegantes de que la revolución de Internet también tendrá su precio, cifrado por los expertos en los miles de errores que realizarán los inversores novatos. Las e-compañías presentan, hipotéticamente, un enorme potencial de crecimiento, ya que Internet es un mercado virgen, pero también una incertidumbre de iguales proporciones, debido a que estos negocios no tienen previsiones de resultados positivos hasta dentro de tres o cuatro años.
 

No es oro todo lo que reluce en Internet. Sólo el tiempo nos dirá qué empresas valen y cuáles no. Pero mucho cuidado porque las compañías que caigan pueden llevarse por delante a todo lo que pillen.
 


© Rafael Muñiz González
Presidente del FIM
Foro Internacional de Marketing

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